domingo

CANCIÓN A JOSÉ MARÍA ARGUEDAS
Vals
Autora: Alicia Maguiña
Quisiera hundirme en la tierra
para encontrarme contigo
y cargarte a mis espaldas,
huérfano niño dormido.
Camino de la quebrada,
perfumarán las retamas,
arrullarán las torcazas
tu sueño José María.

Ya no estará la madrastra,
ya no temblarás de frío,
ya las penas se acabaron,
todas te las has sufrido.

Mamay doña Caytanaman
te espera a orillas del río,
despertarás en sus brazos
abrigado en su cariño.
El taita Felipe Maywa
hará morir a la muerte
y al pie de los maizales,
vivirás eternamente.

Ya no estará la madrastra,
ya no temblarás de frío,
ya las penas se acabaron,
todas te las has sufrido.

martes

Poema a Arguedas


José María venía en bus, por la Oroya, a Lima,
en sus audífonos escuchaba a Lou Reed;
afuera los cerros mojados, la lluvia entrándole por el hueco de la bala.
Esa mezcla de Perfect Day con la caída de la lluvia puso nostalgia
a la visión cristalina de la ventana.
Recordó entonces cuando chiquillo dormía sobre los pellejos;
aprendió el quechua, canciones más tristes todavía que las de Lou.
Los cerros con sus minas ya no eran morada de mitos.
Cerros como tumbas de Huarochirí y humo que salía de las chimeneas.
Un tren fantasma entró a un viejo túnel,
la lluvia sepia como las cuerdas de un arpa le cosquilleaba el hueco de la bala,
entonces se preguntó si en cincuenta años todavía existiría este país.
Esta idea lo avergonzó, puso otra canción, algo de Pastorita,
y casi el empezar a dar vueltas en torno a ello quedó dormido.
La carretera daba curvas, lo acurrucaba.
Oye, niño - le dijeron, regresa a casa.
Pero su madre murió. Niño, esta no es tu lengua. Pero él cantaba en el bus:
Aun no veo el cerro de mi pueblo,
soy un forastero,
soy un alma que vaga junto a un río.
Tengo un revólver al cinto.
Mi corazón, una tinya, un charango y una quena.
Ay mi corazón se lo llevó el río
y aun no veo el cerro de mi pueblo.
José María cantaba en quechua con su guitarra de palo, pero adentro,
en las entrañas de su voz, los danzantes ya contaban sus pasos.
La muerte - es una herida que se lleva desde el nacimiento,
la muerte - es un alma que acompaña: una nostalgia, un país.
El niño que cantaba en el río llamaba a su madre para que lo salve.
Ese niño tenía miedo, que se lleven su corazón,
que en cincuenta años nadie cante sus canciones en quechua.
Porque el país tenía montañas y cargamentos que llegaban a los puertos,
lo saqueaban todo, se lo llevaban todo.
Ese paisaje de perros famélicos que anunciaba la entrada a la ciudad
iba mezclando la muy dulce melodía de su voz con el fuerte sonido de una bala.
Sus amigos lo querían, pero el resto no entendía el quechua,
ni quería entenderlo, cosas de serranos - decían ellos,
ellos que hoy publican sus libros, lo estudian, lo celebran.
José María, el día que pusiste la pistola en ti,
alguien tocaba su violín en las alturas de Andahuaylas.
Ellos esperaban que lo hicieras para hacer de ti una leyenda:
la gran leyenda cultural del país. Ellos, que escupían en tus cantos.
Con una mano cogiste el arma, yo nacía cuando te despedías.
Tres días antes cantaste en una reunión con amigos,
alguien grabó tu voz y aquella grabación fue una burla a la muerte
que siempre te acechó, fue tu victoria
sobre una prole de intelectuales.
Un día antes fuiste a La Parada a comprar discos de huaynos;
nos emborrachamos escuchando a Jilguero;
nos vemos mañana, tú naces yo muero, cantabas.
Habrías tenido un flash back, tu infancia entre los indios,
una clase en la Universidad, o algo como una retama
que al comienzo te hiciera dudar,
pero que luego más bien te impulsara con una fuerza irrefrenable.
José María, una mujer canta en la esquina de mi calle,
viene de Ayacucho. ¿Estaré yo en su canto?
¿Estarán mis poemas en la palma de esa mano de barro?
José María, tú cantabas en quechua un rock en el fondo de mi tumba.
Yo escribo esto para cantar en ti.


Autor: Miguel Ildefonso

Obras


Análisis de la Obra Diamantes y Pedernales

Cuando nos referimos a diamantes y pedernales , podemos decir que tiene mas un nivel simbólico que literal pues si tomamos en cuenta el titulo:
Diamantes: Una piedra preciosa muy codiciada; deacuerdo a el personaje del sueño del pongo que se encuentra dentro de la obra puede hacer referencia al pongo pues tenia un gran corazón y era amable
Pedernales: Una roca sin valor pero con la cual se puede hacer fuego ; hace alusión al dueño de la hacienda que trataba muy mal al pongo y que en su interior vibraba un fuego , porque sentía que no debió tratarlo así al final

Cuando se habla de las obras de Arguedas no solamente nos debemos limitar a hablar de que es un defensor del indigenismo , sino que Arguedas con sus obras busca la unión por eso combina personajes de todas las razas, edades, sangres.

Datos Personales


Fecha de nacimiento: Andahuaylas, 1911

Padres: Fueron el abogado cuzqueño Víctor Manuel Arguedas Arellano, que se desempeñaba como juez en diversos pueblos de la región, y Victoria Altamirano Navarro. En 1917 su padre se casó en segundas nupcias (la madre había muerto tres años antes), y la familia se trasladó al pueblo de Puquio y luego a San Juan de Lucanas. Al poco tiempo el padre fue cesado como juez por razones políticas y hubo de trabajar como abogado itinerante, dejando a su hijo al cuidado de la madrastra y el hijo de ésta, quienes le daban tratamiento de sirviente.


Cargos públicos que obtuvo:
  • 1947 fue nombrado Conservador General de Folclore en el Ministerio de Educación, para posteriormente ser promovido a Jefe de la Sección Folclore, Bellas Artes y Despacho del mismo ministerio (1950-52).
  • En 1953 fue nombrado Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de la Cultura Peruana, y el mismo año comenzó a publicar la revista Folclore Americano (órgano del Comité Interamericano de Folklore, del que era secretario), la cual dirigió durante diez años.
  • A este cargo sucedieron el de director de la Casa de la Cultura del Perú (1963-1964)
  • Director del Museo Nacional de Historia (1964-1966), desde los cuales editaría las revistas Cultura y Pueblo e Historia y Cultura.
  • Fue profesor de etnología y quechua en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones (1950-53)
  • Catedrático del Departamento de Etnología de la Universidad de San Marcos (1958-68), y profesor en la Universidad Nacional Agraria de la Molina desde 1964 hasta su muerte, ocurrida a consecuencia de un balazo que se disparó en la sien y que ocasionaría su fallecimiento cuatro días después.
Premios Obtenidos:
  • Fue galardonado con el Premio Fomento a la Cultura en las áreas de Ciencias Sociales (1958) y Literatura (1959, 1962) y con el Premio Inca Garcilaso de la Vega (1968).

Fecha de deceso: Lima, 1969